¿Cuántas obras incluye Testigo involuntario?

Arturo Cariceo: Testigo Involuntario se está acercando al medio centenar de obras para ser expuestas online. ¡Originalmente eran nueve imágenes! Todas ellas, son collages digitales que han sido realizados con softwares tradicionales y aplicaciones de inteligencia artificial. Quiero celebrar los 50 años del Unctad III en el GAM como artista y ¿qué se espera de uno? ¡imaginación, creatividad, fantasía, ensoñación! Creo que mis collages exudan todo eso … honestamente, Testigo Involuntario es una obra con final abierto, como todo lo que ocurre en la web y, creo que saber que la exposición durará un año, le otorga un “suspenso” poético a cómo se verá la obra entonces.


¿Son todas imágenes o también hay otros formatos como video, sonido, etc.?


AC: En Testigo Involuntario hago uso de varios formatos, están los collages, videos, tal vez incluya un conversatorio con el teórico Samuel Toro, hay una banda sonora -en dos volúmenes- con canciones de los años de la construcción del edificio Unctad III, que corresponden a los años 1971 y 1972. La web es multimedial, así que pueden ir todos los formatos imaginables. En términos estéticos, todo lo exhibido juega con los códigos culturales de distintas generaciones: la de los educados por la radio, el cine, la televisión, los videos … hasta llegar a internet. Me pareció genial recorrer iconográficamente tanto los 50 años del Unctad como los primeros 10 años de los memes.


¿Hay un texto curatorial? 


AC: El texto curatorial es de la artista española Rosa Hernández Fraile, sin embargo, lo clave es que las propias imágenes tengan el poder de construir el discurso de la obra. Confío en que el espectador entenderá lo que quiero expresar y comunicar en cada una de las obras exhibidas. Lo que no significa que descuide el aspecto curatorial, porque está colaborando conmigo una curadora que tiene un profundo conocimiento de lo que hago, entendiendo el espíritu con el que deseaba conmemorar los 50 años del Unctad III. Te cuento que la curadora aparece en la exposición, en la obra donde aparezco con el pelo verde.

 

¿Lo que estará en el pdf es idéntico a la web? Y si no, ¿en qué difiere?


AC: Sí, la exposición en el pdf será idéntica a la web. Lanzaré esta versión cuando termine la exposición, en un año más. Al respecto, he ganado experiencia pasando por todas las etapas del arte en línea, así que me produce una sensación de alivio ver cómo las cosas en la web, actualmente, se resuelven con aplicaciones, evitando las parafernalias informáticas del pasado. Me encanta “pintar” con tecnología digital, con la menor cantidad de botones y mediante soportes expeditos. La versión web de Testigo Involuntario es para mí una obra en formato clásico.


¿Cómo nació la idea de hacer Testigo involuntario?, ¿cuáles fueron tus motivaciones para centrarte en el edificio GAM?


AC: La idea que nace para crear Testigo Involuntario se gesta a partir de dos fotografías familiares, tomadas en el UNCTAD III. Una de ellas, registra la escultura “Puerta al espacio” de Samuel Román; y, la otra, muestra el “Conjunto escultórico” de Federico Assler.  Ahora, la motivación para centrarme en el GAM es su carácter de edificio icónico de nuestra historia que ha ido a la par que el desarrollo de mi vida cronológica, política y cultural. Para mí, como artista y ciudadano, exponer en los 50 años del UNCTAD III es tan importante como cuando participé en la exposición del bicentenario de nuestro país.


¿La obra toma como punto de partida alguna investigación teórica?


AC: Sí, esta obra toma como punto de partida la investigación teórica-práctica que vengo desarrollando, desde los años ochenta, llamada Obra Invisible, y las conversaciones de primera mano, sobre el UNCTAD III, que tuve con los artistas Eduardo Martínez Bonati, José Balmes, Alberto Pérez y Francisco Brugnoli. También, fue de gran utilidad en los años noventa leer la tesis de Claudia Zaldívar, sobre el Museo de la Solidaridad, y durante el cambio de siglo, conocer el archivo fotográfico de Sergio Gonzalez gracias al entonces joven investigador David Maulén. Disfruté hace algunos años del documental “Escape a gas”, de Bruno Salas, como ahora lo hago con el impresionante archivo en línea dispuesto por el GAM.


Nota: En este contexto, ¿qué es la Obra Invisible? La Obra Invisible son los “puntos ciegos” que el espectador no ve. En Testigo Involuntario, lo particular es el cuestionamiento sobre lo anecdótico: por ejemplo, cómo una fotografía común de familia -un documento en estricto sentido- se transforma en arte, es arte contemporáneo.



¿Qué rol juega el humor y la cultura popular en este trabajo?


AC: El rol que juega el humor y la cultura popular en Testigo Involuntario lo denotan dos aspectos: primero, el uso que hago de la fotografía gracias a los teléfonos inteligentes que nos permiten crear y registrar borrando los límites o bordes; y, el humor que está en esa misma disolución al no saber si lo importante es la foto familiar o el estar fotografiado en ese espacio cultural que trasciende el tiempo. Obviamente, detrás de todo están las ganas de erradicar de nuestro país esa patética costumbre de distinguir arte con y sin mayúsculas. Me conmueve dar cuenta de lo importante de superar estas divisiones en el mismo lugar donde nuestros artistas, hace 50 años, lo hicieron.


¿A quién o qué refiere el título de Testigo involuntario?,  ¿a ti, al edificio, a ambos u otro sujeto/objeto?


AC: Testigo Involuntario enfatiza con humor una situación paradójica, darte cuenta que estuviste en un lugar importante, porque uno más tarde viene a apreciar el haber estado en ese espacio y tener un registro de la propia vida. El título también agarra mi percepción de la consideración social de artista, la de ser sujetos que no son protagonistas de nada y testigos de todo; superpuesta a la trayectoria del edificio que nos invita a entrar en la historia, desde su épica construcción, pasando por todo lo que paso después del golpe de Estado, su recuperación en democracia y, evidentemente, su condición de lienzo del estallido social.


¿Cómo se caracteriza en la obra el vínculo entre el edificio, la ciudadanía y el país?


AC: Dando cuenta, de manera artística, cómo el complejo arquitectónico es un símbolo en permanente resignificación histórica. En numerosas ocasiones he afirmado que los muros del GAM, tras el estallido social, fueron el pizarrón de la ciudadanía, quiero decir, desde los tiempos del Unctad ha sido uno de los telones de fondo de nuestras transformaciones políticas. Lo muestro en Testigo Involuntario desde dos miradas: por un lado, la navegación vertical de mi página web;  y, por otro, el modo horizontal de cada imagen. Me cuesta verbalizar porque aquel vínculo no fue teórico sino resultado de observar los dos edificios que componen el complejo … Tanto los miré que concluí que el edificio vertical nos sigue hablando de nuestro pasado, uno que ha sido muy intenso, mientras que el horizontal está aquí y ahora, en el presente, habitado desde su reinauguración (en el 2010) por las tribus urbanas más variopintas, bailando, jugando, habitando las salas, los pasillos, los patios, respirando la cultura que exudan los muros del GAM. No es exageración decir que este alambicado complejo arquitectónico te transporta en el tiempo, a veces hacia atrás, otras adelante, pero siempre siendo el espejo cultural de nuestras ansias ciudadanas. 


Entrevista realizada por Estefanía Etcheverría, periodista GAM

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